Barras rústicas sin amasado

Barras rústicas sin amasado

Estas barras rústicas se elaboran exáctamente como su no nombre indica, sin amasar y no sólo sin amasar, sino sin formar y sin greñar, es decir sin cortar su superficie de ninguna manera.

Es una receta de Ibán Yarza, así que es de las que no falla, y es de las que anima a hacer pan, es ideal para quien no lo han hecho nunca, o si no disponemos de apenas tiempo, ya que evita todos los inconvenientes que nos podemos encontrar al elaborar una receta de pan: no necesitamos amasadora, no hace falta saber formar ni cortar el pan y lo que es mejor, el resultado es espectacular, un pan que repetiré sin duda.

Fuente: Libro Pan Casero de Ibán Yarza

Ingredientes: (Para 2 barras)

  • 500 g de harina para pan,
  • 330 g agua (aprox),
  • 10 g de sal,
  • 2 g de levadura seca de panadería o 6 de la fresca.

Elaboración:

Ponemos en un bol el agua, la templamos a unos 25º C si hace mucho frío, con alta temperatura no será necesario.

Añadimos la levadura y la mezclamos.

Incorporamos el resto de ingredientes, mezclamos bien con la mano, ha de quedar una masa pegajosa, si no es así, añadimos un poco más de agua.

La tapamos con un film y dejamos que repose unos 10 minutos.

Una vez pasado el tiempo, estiramos la masa por los lados y la recogemos hacia el centro.

Dejamos que repose de nuevo otros 10 minutos y repetimos la operación.

La tapamos bien con film aceitado y una bolsa de plástico si es necesario para que quede bien cubierta.

La introducimos en el frigo y la dejamos allí toda la noche.

A la mañana siguiente o tarde, cuando podamos continuar con nuestra masa, la sacamos del frigo y dejamos atemperar unos 30 minutos.

Espolvoreamos la encimera con harina y volcamos la masa encima, la estiramos en forma de rectángulo y la dividimos en dos trozos aproximadamente iguales.

Preparamos un paño de cocina limpio mojado y ponemos las semillas en una bandeja o papel de hornear, intentando que quede una forma similar a la de la masa.

Colocamos una de las partes de la masa sobre el paño húmedo para que absorba el exceso de harina, seguidamente la ponemos sobre las semillas.

La pasamos a una bandeja con papel de hornear, a la vez que la dejamos, le damos la vuelta a los extremos para que quede retorcida.

Hacemos lo mismo con la otra porción de masa.

Dejamos que repose en un lugar cálido alejado de corrientes hasta que doble su volumen.

Cuando hayan doblado el volumen, precalentamos el horno a 250º C, poniendo en su interior una olla con paños mojados para generar vapor.

Metemos los panes en el horno, después de 10 minutos bajamos la temperatura a 220º C y los dejamos que terminen de hornearse unos 25 minutos.

Los dejamos enfriar sobre una rejilla.

La miga queda con unos bonitos alveolos y la corteza crujiente y deliciosa.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *