Croissant (recordando París)
La comida puede llevarnos a través de nuestros recuerdos y su sabor a sitios lejanos. Hace ya algo de tiempo pude disfrutar de una corta estancia en París, y el sabor y textura que más recuerdo es la de los croissants.
Intentando hacer el recuerdo algo más palpable, me puse manos a la obra con estos deliciosos croissants caseros, receta distinta de una anterior versión. Estos son más ligeros y auténticos.
Así que podemos optar por recrearnos con ellos en casa o coger un vuelo barato y escaparnos a París.
Fuente: Arturo Salvador
Ingredientes: (para unos 46 croissants pequeños)
Para la masa:
- 500 g de harina de fuerza,
- 100 g de harina floja,
- 15 g de sal,
- 70 g de azúcar,
- 325 g de agua,
- 15 g de leche en polvo,
- 10 g de lecitina de soja (opcional),
- 40 g de mantequilla,
- 25 g de levadura fresca u 8 g de la seca de panadería,
Para hojaldrar:
- 325 g de mantequilla.
Para pincelar:
- 1 huevo batido.
Elaboración:
Ponemos en un bol todos los ingredientes de la masa, excepto la mantequilla.
Mezclamos bien.
Añadimos la mantequilla en trozos y amasamos hasta conseguir una masa que no se pegue a las paredes del bol.
Formamos una bola, la dejamos reposar mientras preparamos la mantequilla.
Cogemos la mantequilla y le damos forma plana cortándola en trozos si es necesario, formamos con ella un rectángulo sobre un trozo de papel de hornear.
La envolvemos con el mismo y aplastamos con el rodillo hasta que quede un rectángulo de mantequilla bien formado e igualado en grosor.
Reservamos en el frigo.
Estiramos la masa en forma de rectángulo calculando su tamaño para que quepa la mantequilla como la tenemos.
Colocamos la mantequilla en el centro de la masa.
Doblamos los bordes de ésta sobre la mantequilla cubriéndola por completo formando una especie de paquetito.
Lo estiramos con el rodillo y realizamos un pliegue sencillo dividiendo la masa en 3 partes imaginarias plegando hacia el centro.
Dejamos reposar en la nevera unos 15 minutos.
La sacamos, estiramos de nuevo con el rodillo y realizamos otro pliegues más.
Dejamos de nuevo reposar en el frigo otros 15 minutos.
Repetimos la operación hasta completar 3 pliegues. Llevamos de nuevo al frigo otros 15 minutos.
Esta receta es muy complicada de hacer si la temperatura en nuestra cocina es muy elevada, lo ideal es hacerla en invierno. En según que días de primavera y zona en la que vivamos, ya no se puede hacer porque la mantequilla con el calor se derrite y no se maneja bien.
Pasado ese tiempo, la sacamos y estiramos bien con el rodillo hasta conseguir un grosor de unos 4 milímetros.
Dividimos la masa en tres tiras (o en dos si queremos croissants de mayor tamaño).
Con un cuchillo afilado vamos cortando triángulos de las tiras.
Estiramos cada triángulo con las manos, le hacemos un pequeño corte en la base y enrollamos.
Los ponemos sobre una bandeja de horno con papel de hornear.
Dejamos reposar hasta que doblen su volumen en un lugar alejado de corrientes como puede ser el horno apagado.
Una vez hayan levado, precalentamos el horno a 200º C.
Los pintamos con el huevo batido.
Horneamos hasta que estén dorados durante unos 20 minutos.
Dejamos enfriar en una rejilla.
Podemos conservarlos en una caja de lata.
Una buena manera de comprobar cómo nos han quedado es partiéndolos por la mitad y viendo su hojaldrado y mejor aún ¡¡comiéndolos!!