Rosquilletas de pipas de calabaza y anís
Las rosquilletas, colines o grissini son de las masas que más triunfan en casa, al ser saladas y tener un tamaño pequeño que se come en nada, no sé porqué, vuelan.
Quizá también influye su rico sabor y lo crujientes que quedan, es de las recetas que más problemas da a la hora de hacerles la foto, no por la luz o la composición, sino porque a duras penas me quedan unas cuantas para fotografiar.
Así que, daos prisa sino queréis quedaros sin, bueno, habrá que repetir seguro, porque ya no quedan.
Además para quien le de pereza ponerse con las masas, buena noticia: no necesita levados, se hace directamente, así que aparte de muy ricas, fáciles y rápidas ¡genial!
Ingredientes: (para unas 12 rosquilletas de 35 g y 20 de 25 g)
- 425 g de harina de fuerza,
- 10 g sal,
- 5g de levadura seca de panadería,
- 245 g de agua,
- 220 g de aceite de oliva vírgen extra,
- 3 g de extracto de malta (opcional),
- 30 g de pipas de calabaza (al gusto),
- 15 g de semillas de anís.
Elaboración:
Ponemos el agua, el aceite, la sal y el extracto de malta en un bol.
Añadimos las semillas, la harina y la levadura.
Mezclamos y amasamos bien hasta que la masa no se pegue a las paredes del bol
Precalentamos el horno a 180º C.
Sacamos la masa a la superficie de trabajo, no es necesario aceitarla ya que al llevar la masa mucho aceite no se pega y es muy manejable.
Hacemos porciones de unos 35 g y las vamos colocando en una bandeja de horno con papel de hornear, estiramos aplastando con los dedos hasta que quede bastante fina.
Cuanto más fina quede la masa, más crujientes estarán las rosquis.
O bien podemos hacer bastoncillos largos de 25 g cada uno.
Para formarlos cogeremos una poción e iremos estirando con cuidado de los extremos hasta lograr el largo deseado.
Horneamos a 180º C unos 25 minutos o hasta que las veamos doraditas
Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Y si os dejan alguna en casa, a disfrutar!