Panecillos weggli

Panecillos weggli

Con el final de las vacaciones de verano, en especial las de los niños, vuelven de nuevo las rutinas en los hábitos y también en las comidas. Incluidas las del horno, vuelvo a hornear con más frecuencia, no faltan los panecillos para el cole todas las semanas.

Para empezar les he preparado a mis peques estos panecillos, son bollitos suizos muy agradables al paladar y blanditos, para que sean más fáciles y rápidos de comer, así luego en el patio hay más tiempo de jugar.

Fuente: La olla suiza

Ingredientes: (para 16 panecillos)

  • 350g de harina de fuerza,
  • 150g de harina integral,
  • (o sólo 500 de harina de fuerza en lugar de 350 g de una+ 150 g de la otra),
  • 135 g de agua,
  • 135 g de leche,
  • una cucharada de miel,
  • 2 cucharaditas de sal,
  • 17 g de mantequilla,
  • 4 g de levadura seca de panadería.

Para pincelar:

  • Una yema de huevo con un poco de leche.

Elaboración:

Ponemos en el bol de la amasadora el agua, la leche, la mantequilla derretida, la sal, la miel, las harinas y la levadura.

Mezclamos y amasamos hasta conseguir una masa que no se pegue a las paredes del bol. Es una masa muy manejable, en unos minutos la tendremos lista.

Formamos una bola con ella y la dejamos reposar bien tapada con film y paños limpios hasta que doble su volumen.

Cuando lo haya hecho, depositamos la masa sobre la superficie de trabajo aceitada.

Amasamos un poco para desgasificar. La dividimos en dos partes iguales.

Estas a su vez las dividimos en ocho partes de unos 51 gramos, para que salgan igualadas las porciones, podemos utilizar la báscula.

Formamos bolas con cada porción y las depositamos en una bandeja de horno forrada de papel de hornear, bien separadas unas de otras.

Las dejamos levar de nuevo hasta que doblen su volumen.

Precalentamos el horno a 200 º C.

Pintamos los panecillos con la mezcla de la yema y la leche.

Les hacemos una marca con la parte posterior del filo de un cuchillo.

Horneamos a 200º C unos 20 minutos.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez fríos, ya podemos rellenarlos de lo queramos o pidan los niños.



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