Panecillos crujientes

Panecillos crujientes

Unos panecillos como su propio nombre indica, crujientes, además de muy ricos, sobre todo, recién hechos, esa es una de las maravillas de hacer pan en casa, el delicioso aroma que se apodera de la casa y el placer de poder comerlos nada más se enfríen.

Es verdad que los panecillos caseros no duran mucho tiempo crujientes, por lo que si no podemos comernos todos en poco tiempo, la mejor opción es congelarlos, cuanto antes lo hagamos, mejor estarán luego una vez descongelados, podemos hacerlo poco a poco a temperatura ambiente o dándoles un golpe de horno si queremos que estén aún más crujientes, ¡mmm!

Fuente: L´Exquisit

Ingredientes: (para 16 panecillos)

  • 500g de harina de fuerza,
  • 290 g de agua,
  • 20 g de azúcar,
  • 10 g de sal,
  • 30 g de mantequilla derretida,
  • 4 g de levadura seca de panadería.

Elaboración:

Ponemos en el bol de la amasadora el agua, la mantequilla, la sal, el azúcar, la harina y la levadura.

Mezclamos y amasamos hasta conseguir una masa que no se pegue a las paredes del bol.

Formamos una bola con ella y la dejamos reposar bien tapada con film y paños limpios hasta que doble su volumen.

Cuando lo haya hecho, depositamos la masa sobre la superficie de trabajo aceitada.

Amasamos un poco para desgasificar, dividimos la masa en dos partes iguales y éstas a su vez en ocho de unos 52 ó 53 gramos, para que salgan igualadas las porciones, podemos utilizar la báscula.

Formamos bolas con cada porción y las depositamos en una bandeja de horno forrada de papel de hornear, bien separadas unas de otras.

Las dejamos levar de nuevo hasta que doblen su volumen.

Precalentamos el horno a 200 º C, poniendo en su interior una olla con paños mojados para que genere vapor.

Espolvoreamos los panecillos con harina con la ayuda de un colador.

Les hacemos un corte en forma de cruz con un cuchillo afilado o cuchilla.

Horneamos a 200º C unos 15 minutos. Una vez pasados los primeros 10 minutos retiramos la olla con paños que generaba vapor y seguimos horneando hasta completar el tiempo.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez fríos, ya podemos probarlos a ver que tal nos han salido.

O rellenarlos con ricos ingredientes a nuestro gusto. ¡Buen provecho!



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