Pan de molde despeinado

Pan de molde despeinado

Este es un pan de molde para variar un poco el que solemos comer habitualmente, cambiando un poco los ingredientes y ligeramente su aspecto, con un corte de «pelo» que le da un aire algo distinto.

Al sustituir parte del agua por zumo de naranja, apenas se aprecia sabor a naranja ya que se pierde en medio de otros muchos ingredientes y por la poca cantidad que lleva. Pero sí le da un toque que recuerda a un pan de molde más industrial, quizá debido al azúcar que aporta el zumo, ya que dudo mucho que en los industriales vayan a poner zumo de naranja natural.

Ingredientes: (para un molde de cake de 30 cm)

  • 300 g de agua,
  • 80 g de zumo de naranja,
  • 10 g de sal,
  • 10 g de mantequilla diluida
  • 280 g de harina de fuerza,
  • 270 g de harina de centeno blanca,
  • un puñado de semillas de lino,
  • un puñado de salvado de trigo,
  • 12,5 g de levadura fresca ó 4 g de la seca de panadería.

Elaboración:

Ponemos todos los ingredientes en un bol, mezclamos bien y amasamos, ya sea a mano o con amasadora, intercalando tiempo de amasado y de reposo, ya que así resulta mucho más fácil el amasado.

Si lo hacemos con amasadora o panificadora, pondremos los líquidos primero.

Amasamos hasta obtener una masa homogénea.

Dejamos reposar la masa tapada con un film aceitado y paños limpios en el mismo bol hasta que doble su volumen.

Una vez lo haya hecho, pasamos la masa a la superficie de trabajo ligeramente aceitada y la amasamos un poco para desgasificarla.

Hacemos una forma de barra con toda la masa del tamaño aproximado del molde.

Lo introducimos en el mismo.

Lo tapamos con el film aceitado y los trapos limpios y la dejamos reposar de nuevo en un lugar cálido y alejado de corrientes hasta que doble su volumen.

Cuando haya doblado el volumen de nuevo, precalentamos el horno a 250º C.

Para darle forma a la parte de arriba, hacemos varios cortes un poco inclinados con unas tijeras de cocina.

Bajamos la potencia a 220ºC y horneamos durante unos 30 minutos.

Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez frío, ya lo podemos rebanar y consumir. O bien congelar a rebanadas para cuando queramos tostadas.



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