Solomillo Wellington

Solomillo Wellington

Una muy conocida receta que había visto muchas veces por la red, queda muy vistosa y es una manera distinta de comer esta carne.

Podemos prepararla para una ocasión especial cuando tengamos invitados o simplemente disfrutarla cualquier día.

Es algo laboriosa por la cebollita caramelizada que la acompaña, pero si nos organizamos bien y la tenemos ya preparada, acabaremos enseguida y en un momento tendremos un plato listo para una comida o cena.

Fuente: Un momento dulce

Ingredientes: 

  • Un solomillo de cerdo de unos 500 g.
  • una lámina de hojaldre,
  • 1/2 bandeja de champiñones,
  • una cebolla grande,
  • 100 g de mantequilla,
  • 55 g de pasas, nueces y piñones mezclados,
  • 1/2 vaso de vino blanco,
  • aceite,
  • sal.

Elaboración:

La cebolla como ha de quedar caramelizada, lleva cierto tiempo, por lo que habría que empezar preparándola primero.

Pelamos y cortamos la cebolla en juliana.

Mezclamos las pasas con los piñones y las nueces.

Ponemos la mantequilla y la cebolla en una olla o sartén a fuego bajo. Cuando lleve unos diez minutos añadimos la mezcla de pasas, piñones y nueces.

Removemos bien, seguimos cocinando y añadimos la mitad del 1/2 vaso de vino.

Cuando haya reducido añadimos el resto del vino y dejamos que siga reduciendo hasta que la cebolla se vea caramelizada.

Como se hace a fuego lento puede tardar cerca de una hora, por eso es mejor hacerlo con tiempo, incluso el día anterior.

Cortamos a láminas el champiñón y lo echamos en una sartén con un poco de aceite hasta que pierda el agua.

Dejamos que se enfríe.

Salpimentamos el solomillo y lo doramos por todas partes en una sartén.

Dejamos que se temple.

Extendemos la lámina de hojaldre.

Cortamos lo que nos sobre para envolver el solomillo. Lo reservamos para los adornos.

Repartimos los champiñones sobre la lámina de hojaldre sin llegar a los extremos.

Distribuimos encima la cebolla caramelizada con frutos secos.

Colocamos el solomillo centrado.

Envolvemos como si fuera un paquete sellando las uniones con agua.

Lo agujereamos por todas partes con una brocheta para evitar que se hinche.

Hacemos tiras con el hojaldre sobrante y las colocamos cruzándolas entre sí.

Pintamos con huevo batido.

Metemos al horno precalentado a 200º C unos 30 minutos o hasta que esté dorado.

Podemos servir acompañado de unas patatas Hasselbak. Así el nombre de la receta queda todavía más rimbombante y complicado ¡ja, ja!

¡Buen provecho!



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *