Rosquilletas de pipas de girasol

Rosquilletas de pipas de girasol

Las elaboraciones caseras, aparte de proporcionarnos el placer de saber qué come nuestra familia y que nos lo agradezca cuando les gusta, nos proporciona el placer de hacerlas como más nos guste, así si nos dan rabia esas rosquilletas de semillas que llevan muy poca cantidad, con esta receta podemos quedarnos bien a gusto por la gran cantidad que lleva.

De las recetas de palitos y similar que he probado hasta ahora, es de las que mejor se conservan, manteniendo su crujiente, al menos un par de días después. La mejor manera de conservarlas es guardándolas en una caja de lata y si es posible con una bolsita de esas de silica gel sin que toque las rosquilletas. Aunque la verdad es que con lo ricas que salen, no hará falta conservarlas durante mucho tiempo.

Fuente: thermomix

Ingredientes: (para unas 40 rosquilletas)

  • 115 g de agua,
  • 35 g de aceite de oliva vírgen extra,
  • 5 g sal,
  • 5 g de extracto de malta (opcional),
  • 250 g de harina de fuerza,
  • 5 g de levadura seca de panadería,
  • 200 g de pipas de girasol crudas.

Elaboración:

Ponemos el agua, el aceite, la sal y el extracto de malta en un bol.
Añadimos la harina y la levadura.

Mezclamos bien.

Añadimos las semillas, mezclamos de nuevo y amasamos hasta que la masa se despegue de las paredes del bol.

Formamos una bola con la masa.

La dejamos reposar en un bol tapada con film hasta que doble su volumen.

Cuando lo haya hecho, dividimos la masa en porciones de unos 15 g.

Formamos bastoncitos con cada una de ellas.

Y rodándolas con las manos sobre la encimera las estiramos hasta que midan unos 20 centímetros de largo aproximadamente.

Las colocamos en una bandeja de horno con papel de hornear.

Las dejamos levar en un lugar alejado de corrientes como puede ser dentro del horno apagado.

Si nos gustan saladitas, podemos espolvorearlas con un poco de sal antes de meterlas al horno.

Precalentamos el horno a 150º C y cuando hayan doblado el volumen, las horneamos unos 30 minutos o hasta que las veamos doraditas.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

Están muy ricas y crujientes.



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