Panecillos con tomate y orégano

Panecillos con tomate y orégano

Al principio de hacer pan, mi mayor meta era ponerle de todo a los panes: nueces, pasas, cebolla, aceitunas… Más tarde cuando ya lo conseguí, me preocupe más por conseguir un buen pan, de calidad y rico, por supuesto.

Mejorar siempre es posible y sigue como meta, lo que no quiere decir que de vez en cuando me apetezca enriquecer los panes o panecillos con ricos añadidos.

El sabor del tomate desecado con el orégano le da un fantástico sabor a estos panes que pueden servir tanto para un día de fiesta como para cualquier otro día.

La masa del pan es una masa que uso habitualmente para hacer pizza a la que simplemente añadí un par de elementos extra.

Ingredientes: (para unos 20 panecillos)

  • 500 g de harina de fuerza,
  • 260 g de agua,
  • 40 g de leche en polvo,
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra,
  • 10 g de sal,
  • 4 g de levadura seca de panadería,
  • tomates deshidratados «Italiamo»de LIDL (cantidad al gusto),
  • orégano (al gusto).

Elaboración:

Ponemos los ingredientes líquidos primero y los sólidos después en el bol de la amasadora.

Amasamos hasta que la masa no se pegue a las paredes del bol.

Ponemos los medios tomates sobre la masa y vamos amasando apretando con una rasqueta, no hace falta trocearlos más ya que al apretar con la rasqueta se irán partiendo.

Seguimos hasta que se integren bien todos los trozoos.

Hacemos lo mismo con el orégano.

Los amasamos hasta que quede una masa homogénea.

Le damos forma de bola y la dejamos reposar hasta que doble su volumen en un lugar cálido alejado de corrientes.

Una vez haya doblado su volumen, sacamos la masa a la superficie de trabajo y la amasamos un poco para desgasificarla.

La dividimos en trozos de unos 45 g, podemos utilizar la báscula para que queden más igualados.

Formamos pequeñas barras recogiendo la masa en la parte de abajo procurando que quede bien sellada.

En esta ocasión quise probar a hornerarlos dentro de bolsas de asar con un chorro de aceite, para que desarrollasen mejor su volumen, así que ahí los dejé levar sin cerrar del todo hasta que doblasen de nuevo su volumen.

Una vez doblado el volumen, un corte en el centro y cerramos las bolsas.

Horneamos a 220º C unos 20 minutos (horno previamente calentado).

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

Es una gozada morder los trozos según se van encontrando.