Panecillos con semillas de calabaza

Panecillos con semillas de calabaza

Hay una receta de panecillos que suelo repetir más veces y creo que me la sé de memoria, aunque me gusta buscar otras nuevas para ir variando de vez en cuando.

Las semillas de calabaza tostadas están muy ricas, que es como quedan arriba de los panecillos al hornearse. También si las ponemos como ingrediente dentro de la masa.

Como era para unos panecillos más de diario y por si al peque no le gustaban encontrárselas dentro del pan, puse sólo por fuera, eso sí, colocadas de manera que quedasen más decorativas.

Es una gozada dar un bocado a un panecillo junto a las semillas, también lo es arrancarlas una a una y comérselas antes, si no, que se lo pregunten a mis niños.

Fuente: Cocina Ya

Ingredientes: (para 16 panecillos de unos 52g)

  • 150 g de agua,
  • 150 g de leche,
  • 5 g de azúcar,
  • 12 g de sal,
  • 20 g de semillas de lino,
  • 200 g de harina de fuerza,
  • 150 g de harina de espelta,
  • 150 g de harina de centeno blanca,
  • 12,5g levadura fresca o 4 g de la seca de panadería.

Para decorar:

  • semillas calabaza.

Elaboración:

Ponemos los ingredientes en un bol y amasamos o bien a mano o con una amasadora hasta conseguir una masa homogénea que no se pegue a las paredes del mismo.

Le damos forma de bola y la dejamos reposar hasta que doble el volumen, tapada con film aceitado y trapos limpios en un lugar cálido y alejado de corrientes.

Cuando haya reposado, amasamos un poco sobre la encimera ligeramente aceitada para desgasificar.

Dividimos la masa en 2 partes iguales, y cada una a su vez en 8, para ello podemos ayudarnos de la báscula.

Con cada pieza, formamos una bola y las colocamos sobre una bandeja de horno con papel de hornear.

Las dejamos levar nuevamente hasta que doblen su volumen en un lugar cálido y alejado de corrientes, como dentro del horno apagado.

Cuando lo hayan hecho, las sacamos del horno y lo precalentamos  a 250º C.

Rociamos con agua los panecillos.

Y vamos colocando por encima las semillas distribuyéndolas de forma decorativa o como queden si no queremos complicarnos.

Si cuando vamos a poner las semillas el agua que hemos rociado se ha secado, tendremos que volver a rociar más, si tardamos incluso varias veces, de esta manera se quedarán bien pegadas a los panes. Esto no evitará que caiga alguna cuando los manipulemos, pero aguantan bastante.

Bajamos la potencia del horno a 220º C y horneamos durante unos 15 ó 20 minutos o hasta que estén algo dorados.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez fríos ya podemos comerlos tal cual o rellenarlos con lo que más nos guste. Este que era para mi niño, un poco monotemático, de queso de untar y queso rallado mozzarella, pero a él le gusta, que es lo que importa.



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