Bollos de Chelsea
Unos bollos que me enamoraron por su aspecto apetitoso con las pasas asomando.
Desde que tengo afición por la cocina, guardo recetas que voy encontrando por ahí y mi madre, como lo sabe, me guarda las que encuentra en las revistas que lee y ésta la saqué de una ellas. La receta en cuestión no llevaba levadura, estuve buscando información en internet sobre ella y encontré variantes, unas llevaban, otras no, unas dos levados, otras uno… Como me gustan más los bollos de masa no demasiado dura, opté por ponerle un poco de levadura fresca y dejarlos levar una vez formados.
El sabor que le dan las especias y las pasas que se mezclan de vez en cuando con los mordiscos hacen de este bollo una auténtica delicia.
Fuente: revista pronto
Ingredientes: (para 10 unidades)
Para la masa:
- 160 g de harina de fuerza,
- 4 cucharadas de azúcar (45 g),
- 40 ml de leche,
- 25 g de mantequilla a temperatura ambiente,
- 1 huevo pequeño o 1/2 huevo grande,
- 4 g de levadura fresca.
Para el relleno:
- 25 g de mantequilla a temperatura ambiente,
- azúcar moreno para espolvorear,
- 1 puñado de pasas sin hueso,
- gotas de chocolate (opcional),
- canela molida,
- nuez moscada molida.
Para el glaseado:
- 4 cucharadas de azúcar glacé,
- 4 cucharadas de agua.
Elaboración:
Tamizamos la harina y el azúcar en un bol.
Agregamos la mantequilla y empezamos a trabajar la masa con la mano.
Batimos el huevo junto con la leche en otro bol pequeño, lo añadimos a la mezcla anterior, incorporamos la levadura desmigada y seguimos amasando hasta obtener una masa de una consistencia suave y homogénea.
Ponemos la masa en una superficie plana sobre un papel de horno del tamaño de la bandeja de hornear. La estiramos con el rodillo hasta conseguir un rectángulo de unos 30 por 25 centímetros. Si es necesario, podemos espolvorear el rodillo con harina para que se deslice mejor.
Untamos la mantequilla por la superficie de la masa simplemente con las manos, al estar blandita será sencillo.
Espolvoreamos sobre ésta azúcar moreno, canela molida y nuez moscada molida. La cantidad, a nuestro gusto.
Añadimos las pasas, y si hemos decidido utilizar gotas de chocolate, este es el momento. Yo dividí mentalemente el espacio en dos partes y puse pasas en una mitad y gotas de choco en la otra. Pasamos el rodillo por encima de todo esto para que se fije a la masa.
Enrollamos la masa apretando bien para que el relleno quede dentro.
Cortamos la masa en porciones aproximadamente iguales, yo la he dividido en 10 partes, pero si los queremos más grandes la podemos dividir en 8. Colocamos nuestras rebanadas de masa en una bandeja de horno sobre papel de hornear, separadas unas de otras.
Cuando hayan doblado su volumen (las tuve unas 3 horas, si deseamos un levado más rápido podemos poner algo más de levadura) las horneamos en el horno precalentado a 180º C unos 15 minutos o hasta que estén dorados.
Mientras, vamos haciendo la glasa, poniendo en un cazo el azúcar glacé y el agua mezcladas e hirviéndolas unos 4 minutos.
Cuando estén los bollos horneados los dejamos sobre una rejilla. Mejor si ponemos debajo un papel de cocina o de horno para recoger lo que gotee y vamos pincelándolos con la glasa. Dejamos que se enfríen del todo y ¡A comer!