Sardinas ahumadas caseras

Sardinas ahumadas caseras

Desde que probé hace ya un tiempo unos lomos de sardinas ahumados estaba deseando hacerlos en casa, esta forma de preparar el pescado es laboriosa, lo bueno es que el trabajo no se hace todo de una vez, sino que se divide en el tiempo.

Elaborarlo en casa es una buena manera de entender el precio que tiene este tipo de conservas por su proceso largo y minucioso. No es algo para hacer a diario, pero sí alguna vez que nos apetezca disfrutar de esta delicia que nos brinda el mar.

Ingredientes:

  • Sardinas,
  • sal gorda,
  • romero o tomillo,
  • aceite de oliva virgen extra.

Elaboración:

Lo primero que haremos será congelar al menos 48 horas las sardinas para evitar el anisakis.

En la pescadería donde las compré, me quitaron ya la cabeza y vísceras, si no es así, rompiendo su cabeza y estirando de ella hacia atrás se retira todo sin mucha dificultad.

Para quitar las escamas como son pescados pequeños, simplemente pasando los dedos por su superfície, se retiran.

Una vez sin escamas ni vísceras, abrimos con cuidado por la parte donde estaban las vísceras con los dedos y estirando desde la parte de la cola retiramos la espina central.

Partimos en dos para conseguir los lomos y retiramos la aleta dorsal y cola.

Si quedan por la parte de delante espinas podemos cortar el trozo por donde sobresalen o quitarlas con pinzas.

Las ponemos unos 30  minutos a remojo con agua muy fría para desangrarlas.

Las escurrimos y secamos con un papel de cocina.

Ponemos sal gorda en un recipiente, colocamos encima lomos de sardina, los cubrimos con más sal gorda, repetimos la operación con más capas, dependiendo del número de sardinas que tengamos para hacer o del tamaño del recipiente.

Por último cubrimos con sal para que queden todas tapadas.

Cerramos y dejamos en el frigo unas horas, pueden ser desde unas 4 o de un día para otro, depende del tamaño de las sardinas y de cómo nos guste el punto de curadas. A mayor tiempo, más curadas.

Una vez pasado el tiempo oportuno, retiramos la sal, sacamos los lomos y le quitamos el exceso de sal con un papel de cocina o similar.

Si además de en salazón nos gusta que tengan un ligero sabor ahumado, colocamos los lomos en una bandeja que aguante bien el calor, ponemos cerca una ramita de romero o tomillo, le pegamos fuego y tapamos enseguida con papel de aluminio.

Podemos dejar todo esto dentro del horno unos minutos, así al estar en un ambiente más cerrado coge mejor el sabor.

Conservamos en abundante aceite de oliva virgen extra.

Una forma muy rica de comerlas es sobre una rebanada de buen pan con tomate crudo, ya sea triturado o en rodajas y un buen chorro del aceite donde las conservamos.

¡Qué aproveche!



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