Nudos de pan (sin levadura)
Una curiosa receta de panecillos, ya que no lleva levadura ni son necesarios tiempos de levado. Aunque sí lleva un ingrediente poco habitual (el cremor tártaro) que podemos encontrar en las tiendas especializadas en repostería.
Puede salvarnos de un apuro un día que necesitemos unos panecillos vistosos y rápidos, la forma es lo único más entretenido de hacer, pero tampoco nada complicado, ya que es una masa muy fácil de manejar sin necesidad de utilizar harina extra o aceite en la encimera y/o manos.
Son ideales para hacer por quien no se ha atrevido nunca con el pan, es una manera de iniciarse en este mundillo de las masas.
Están bastante buenos, aunque me sigue gustando más la textura de los que sí llevan levadura, pero para gustos, ya se sabe…
Fuente: Cocinando con Kisa
Ingredientes: (para 16 nudos de 50 gramos)
- 500 g de harina de fuerza,
- 7 g de sal,
- 9 g de cremor tártaro,
- 4 g de bicarbonato,
- 55 g de mantequilla a temperatura ambiente,
- 130 g de leche a temperatura ambiente,
Para decorar:
- Un huevo batido,
- semillas de sésamo.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 200º C.
En un bol tamizamos la harina junto al cremor tártaro, la sal y el bicarbonato.
La añadimos a la leche y la mantequilla y amasamos bien hasta conseguir una masa homogénea.
Formamos una bola con la masa.
Partimos la bola en dos y cada parte a su vez en ocho partes iguales ayudándonos de la báscula para ello.
Hacemos un cilindro con cada poción de unos 25 centímetros de largo, rodando el cilindro con las dos manos (en la foto sólo se ve una, la otra la necesitaba para sujetar la cámara) hacia afuera hasta conseguir la longitud deseada.
Para no andar midiendo cada vez, podemos buscar un utensilio de cocina de similar medida y colocándolo al lado vemos con facilidad la medida.
Una vez que tenga la medida adecuada, simplemente hacemos un nudo con la masa.
Vamos colocando los nudos en una bandeja con papel de hornear separados unos de otros porque crecen, sí, a pesar de no llevar levadura, crecen.
Los pincelamos con el huevo batido y los espolvoreamos con semillas de sésamo.
Horneamos a 200º C unos 15 minutos o hasta que estén doraditos.
Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Y ya los tenemos:
