English bread muffins

English bread muffins

Los panecillos siempre están presentes en nuestra casa, los solemos utilizar para el almuerzo, sobre todo de los niños, aunque muchas veces también los comemos en la merienda o en alguna cena. De vez en cuando hay que cambiar de tipo de pan, así no nos aburrimos del mismo.

Los english bread muffins o muffins ingleses, no son un dulce como por su nombre pudiera parecer, son unos panecillos muy tiernos que podemos utilizar a cualquier hora del día rellenándolos de lo que más nos guste.

Una curiosidad de estos panes es que no se cuecen en el horno, sino que se hacen en una sartén, así que si alguien a quien le apetece hacer pan y en ese momento no dispone de horno, puede hacerlos sin problemas. Ya no hay excusa para hacer unos deliciosos panes caseros.

Ingredientes: (para unas 20 piezas de 8 cm de diámetro)

  • 370 g de leche,
  • 15 g de mantequilla,
  • 5 g de azúcar,
  • 10 g de sal,
  • 500 g de harina de fuerza,
  • 4 g de levadura seca de panadería.

Elaboración:

Ponemos en el bol de la amasadora la leche, la mantequilla, el azúcar, la sal, la harina, y la levadura.

Mezclamos y amasamos bien.

Formamos una bola con la masa.

La dejamos reposar tapada y alejada de corrientes hasta que doble su tamaño.

Una vez lo haya hecho, la sacamos a la superficie de trabajo aceitada.

La estiramos con un rodillo hasta que tenga un grosor de 1 cm aproximadamente.

Cortamos panes con un aro de emplatar, molde o cualquier otro utensilio que mida unos 8 centímetros de diámetro.

Volvemos a estirar la masa sobrante y repetimos la operación hasta terminar con toda.

Aunque no se van a cocer en el horno, la bandeja del mismo con papel de hornear es un buen sitio para colocarlos y dejar que leven hasta que doblen su volumen.

Cuando lo hayan hecho, empezamos a cocinarlos. Necesitamos una sartén antiadherente a la que podamos acoplar una tapa. Si la sartén es grande mucho mejor, ya que así haremos mayor cantidad cada vez.

Los cocinamos a fuego bajo durante 6 ó 7 minutos por cada lado, manteniendo la sartén tapada.

Los vamos dejando sobre una rejilla para que se enfríen.

Para partirlos no se suele usar cuchillo, aunque se puede. Lo suyo es hacerlo con las manos.

Están muy ricos con cualquier relleno, como con unos huevos Benedict.



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