Agridulce de morcilla sobre cuchara de hojaldre

Agridulce de morcilla sobre cuchara de hojaldre

Había visto en alguna ocasión cucharas hechas con masa de pan y me gustaba mucho la idea pero para esta ocasión quería una masa más blandita. Llevaba tiempo queriendo experimentar sobre cómo hacer recipientes en forma de cuchara con hojaldre, dándole vueltas mentalmente para conseguir que la cuchara se pudiera sujetar por su mango.

Y por fin pude poner en práctica las ideas sin saber muy bien qué iba a pasar. Los ingredientes que iban a rellenar estos experimentales recipientes los tenía claros: morcillita, cebolla caramelizada y un toque de confitura de pimientos.

Ingredientes: (para 4 personas)

  • 1 lámina de hojaldre de 250 g,
  • 4 colines o piquetes,
  • 1 huevo batido,
  • 2 morcillas de cebolla Ríos,
  • 1 cebolla grande,
  • 40 ml de vinagre común,
  • 2 cucharadas de azúcar moreno,
  • confitura de pimientos rojos,
  • aceite,
  • sal.

Elaboración:

Precalentamos el horno a 180º C.

Cortamos la lámina de hojaldre en 4 partes.

Colocamos en un extremo un colín, hacemos un corte donde ya no necesitemos masa para envolverlo, pero sin desprenderla del trozo, que aprovecharemos para formar nuestra cuchara. Iremos dándole forma con las manos repartiendo la masa uniformemente intentando que quede la misma cantidad de masa por todas las zonas y bien unida entre sí y al colín para que quede bien firme el mango.

Ponemos nuestra cuchara sobre una flanerita de aluminio pequeña, de unos 6 centímetros de diámetro en su parte ancha aceitada y acabamos de dar forma a nuestra cuchara colocándola boca abajo apoyada sobre una bandeja de horno con papel de hornear.

Pincelamos el hojaldre con el huevo batido.

Horneamos a 180º C unos 20 minutos o hasta que las cucharas estén doradas.

Alguna se abrió un poquito, pero tan poco que no supuso ningún problema.

Las dejamos enfriar sobre los moldes y cuando ya se pueda manejar con la ayuda de una puntilla o cuchillo pequeño las desmoldamos.

Ahora podemos comprobar si el invento aguanta y ¡sí, así es!

Aprovechando el rato mientras se están enfriando para desmoldarlas, podemos dedicarnos a elaborar el relleno:

Cortamos la cebolla en juliana y la depositamos en un cazo a fuego lento.

Añadimos el ázúcar moreno y vamos removiendo cada poco.

Cuando esté pochadita echamos el vinagre.

Y dejamos que se evapore.

Aparte, partimos por la mitad las morcillas y les retiramos la piel.

Las freímos en una sartén hasta conseguir el punto que más nos guste.

Ya podemos completar nuestras cucharas.

Ponemos en el fondo una «cama» de cebolla confitada, encima la morcilla y sobre ésta, unas cucharaditas de confitura de pimientos rojos.

La confitura de pimientos es muy sencilla de hacer. Si queréis saber cómo: Aquí.

Y ya podemos saborearlos, el sabor potente de la morcilla combina a la perfección con los sabores dulces de la cebolla y la confitura.

También hice otra versión para los niños que no les gusta con tanta morcilla, poniendo cebolla, huevos revueltos con jamón serrano y morcilla.

Es un recipiente comestible que se puede rellenar con muchos más alimentos, imagino que si son muy líquidos no aguantarán, pero de este tipo soportan muy bien el peso.



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